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Y adiós

A tí. Hace mucho tiempo que no eres más que un nombre repetido en los extractos del banco, un nombre asociado a tan pocos recuerdos que se han terminado por difuminar. No he sabido nunca quién eres desde que te ví por primera vez en los últimos días del mes de octubre de 1986. No es un reproche, solo un hecho y los años transcurridos han terminado por borrarlo todo. Si no puedo reconocerme en mis propios recuerdos, como para reconocer a otras. Los hechos objetivos existen, están documentados, pero son palimpsestos en los que se ha escrito tanto encima que no queda nada del escrito original. Son huellas en un camino muy transitado: han pasado tantos pies por encima, que no queda ni rastro de la impresión que los primeros caminantes dejaron. No te deseo nada, bueno o malo, para el presente o el futuro. No tengo nada que decirte o que quiera decirte. Solo escucho el silencio, algo que no hacía desde que tenía 18 años y me dio por el yoga. Hace mucho tiempo, la hija de una pareja con la qu

Vientres de alquiler: y la honra se hizo genética

El burgués ve en su mujer un mero instrumento de producción. C. Marx, 1848 A propósito de los vientres de alquiler se me ocurren un par de reflexiones y una conclusión, sin entrar en demasiada filosofía, que también la hay. Primero, que tal vez este asunto de los vientres de alquiler, como sucede con el aborto, debería dejarse en manos de las mujeres, exclusivamente. No entiendo qué pintamos los hombres en un asunto que concierne a SU cuerpo y a sí mismas. No creo que necesiten de ningún experto a la hora de redactar o debatir alguna ley. Expertas en leyes, en biología y en lo que sea hay mujeres de sobra, así que, por mí: fuera los hombres de los debates que afectan exclusivamente a las mujeres. Segundo, no hay altruismo ni subrogación ni matracas: es alquilar una parte concreta del cuerpo femenino por razones exclusivamente económicas. El discurso que ahora comienza a extenderse está lleno de grandes palabras que incluyen la sempiterna “libertad”, cuando n

Para español, pulse 2 de Sara Cordón

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Pocas veces se tiene la oportunidad de leer una ficción autobiográfica, una autoficción, de alguien con quien has tenido trato, con una compañera de trabajo de varios meses que, además retrata ese trabajo y algunas de las personas que han transitado por él. No digo conocer, por que podría resultar ampuloso y no sería cierto, dejémoslo en un trato amistoso, de respeto y aprecio. Ese conocer a Sara, aunque superficial, es lo que me ha resultado más llamativo de un libro bien escrito, a ratos divertido, que refleja el mundo de las escuelas de escritura, en Madrid y en Nueva York, de los alumnos y los profesores. Para español, pulse 2 es la historia de Sara y de su máster en Escritura Creativa en la Universidad de Nueva York, de sus compañeros de clase y piso, pero también tiene algo de reflexión sobre el oficio de escritor, sobre las dudas y las motivaciones para que alguien quiera ganarse la vida escribiendo:   "En Nueva York aprendió muchas cosas. Una de ellas es que ser es

Mártires o guarras: la cara oculta de una sentencia

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La sentencia de la manada ha vuelto a descubrir tres problemas fundamentales de la justicia española y cuatro efectos colaterales, tanto políticos como sociales. Vaya por delante que la justicia y el derecho no son lo mismo , aunque tiendan a identificarse y que nuestro sistema jurídico es europeo descendiente del derecho romano. Eso significa que los muchos juicios estadounidenses que vemos en la televisión no tienen nada que ver con la Justicia española, a ver si nos entra en la mollera; o les entra en la mollera a los responsables de la educación española, que podían incluir en los planes de estudios a partir de los 14 años unos fundamentos de derecho que “curasen” tanta tontería como se escucha. El primer problema fundamental es la existencia de tribunales especiales como las Audiencias, herederos directos de los tribunales de excepción del franquismo. Esto supone la quiebra de uno de los derechos humanos fundamentales: el juez natural. La existencia de tribu

Forges, "y habrás hecho algo enorme"

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Una tarde de la primavera de 1972 mi padre me llevó a la Feria del Libro del Retiro. En una de las casetas, Antonio Fraguas Forges firmaba ejemplares del que fue su primer libro. Mi padre y Forges se conocían bien porque habían compartido muchas horas en los platós de la televisión de Prado del Rey. Hacía ya unos años que Forges había dejado la "casa" para dedicarse al humor gráfico en el diario Informaciones, con tanto éxito como lo permitía un régimen que se caía a pedazos. El libro del Forges recoge -no sé si como antología o como obra completa hasta ese momento- las reflexiones ilustradas publicadas en el periódico. No me gusta hablar de chistes o de viñetas porque Antonio Fraguas fue un pensador antes que un humorista, más cercano a los pecios de un Sánchez Ferlosio que a las viñetas de un Mena o un Mingote, por poner dos ejemplos de la época. Hay un uso evidente del humor en su obra, pero más como herramienta que como finalidad. Fue un observador lúcido de lo que l

Nacionalismo: la nueva pataleta infantil del neofranquismo

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Nunca he sido o me sentido nacionalista o “patriota”. Puede que por tener un cuartillo de sangre checa, o por la ocurrencia de uno de mis bisabuelos de nacer en las islas Chafarinas. El caso es que la “patria” como concepto siempre me ha resultado un poco ajena y el nacionalismo anexo también me ha resultado siempre raruno. Cuando era niño estudié que España -léase enfáticamente, como un presentador de 13TV- tenía 55 provincias, entre ellas Fernando Poo, Río Muni, Sáhara Español y Sidi Ifni. La “patria” a mediados de 1960 se extendía a territorios que después de grabarlos a fuego en mi memoria por aquello de no recibir una torta, desaparecieron más deprisa que mi inocencia al llegar al bachillerato. Los españoles de aquellas cuatro provincias dejaron de serlo sin que a nadie le importase, o en todo caso dejando un poso de perplejidad. En mi caso, la “patria” empezó a ser algo bastante arbitrario, más administrativo que emocional. Después llegaron el tío Carlos y el tío Federico,

Escritores, escuchad

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"The first draft is for the writer. The second draft is for the writer. The last draft is for the reader." Scott Moyers, Editor Es decir: el primer borrador es para el escritor, el segundo para el editor y el tercero es el destinado al lector. La cita procede de este interesante artículo sobre la historia oculta de un manuscrito .